GEOGRAFÍA ECONÓMICA

 
Por siglos el ser humano solo necesitó, para satisfacer sus necesidades básicas, explotar los recursos naturales que se hallaban cerca de él. Posteriormente, surgieron la especialización de los oficios, la producción de excedentes de ciertos productos y la actividad comercial, hasta que se consolidó una economía mundial que involucró aun a los sectores geográficos más apartados. Así, los países europeos y, posteriormente, Estados Unidos se convirtieron en grandes fabricantes de productos, mientras que regiones de África, Asia y Latinoamérica se convirtieron en suministradores de materia prima. Este proceso de consolidación de la economía del mundo ha ocasionado el deterioro del medio ambiente, producto de la explotación indiscriminada de los recursos naturales.
 
La geografía económica 
 
Es la ciencia encargada de estudiar las actividades económicas y su relación con la explotación de los recursos naturales y el proceso productivo. Dentro de su campo de estudio, la geografía económica abarca tres grandes componentes: 
 
Los componentes físicos del espacio y los recursos naturales como factores explicativos de la economía. Las características físicas de cada uno de los territorios, tales como el agua, el clima y el suelo, permiten el desarrollo y organización de ciertas actividades económicas. 
 
Las actividades económicas. Los seres humanos utilizan y organizan sus espacios de diferentes maneras, buscando satisfacer sus propias necesidades. En algunas regiones llanas y selváticas predomina el uso y explotación de los recursos naturales. En otras zonas, como en las grandes ciudades y metrópolis, predominan las actividades comerciales y tecnológicas. 
 
La relación entre los factores de la producción y el espacio. En la economía existen factores fundamentales para la producción como la tierra, el capital, el dinero, el trabajo y la tecnología. Estos factores tienen la particularidad de estar localizados, ocupan un lugar determinado en el espacio y contribuyen a explicar la variabilidad de desarrollo de las regiones. 
 
Ramas de la geografía económica 
 
Debido a la enorme complejidad de los espacios económicos, en los cuales varía, tanto la forma como se utilizan los recursos, como la organización espacial de las actividades económicas, se han ido desarrollando algunos campos de especialización. Dentro de estos encontramos: 
 
La geografía rural. Tiene como objetivo comprender la organización del espacio rural de acuerdo con la forma como los individuos se apropian y transforman los paisajes del campo. En este sentido se pueden destacar los sistemas productivos de las comunidades campesinas, o los cambios provocados por la urbanización en los espacios rurales. 
 
La geografía de los recursos naturales. Tiene como fin identificar las regiones de acuerdo con los recursos que poseen, los usos que se desarrollan alrededor de ellos y las formas como son apropiados por parte de los individuos. 
 
La geografía industrial. Tienen como objetivo explicar la distribución de la industria y su relación con el entorno. En las últimas décadas, se ha dado una reestructuración industrial provocada por la globalización de los procesos productivos, que ha llevado a una reinterpretación y conocimiento de dichos espacios. 
 
La geografía del comercio. Posee un amplio bagaje histórico, pues se constituyó en uno de los pilares del colonialismo, ya que aportaba conocimientos para la articulación de los espacios económicos, tales como fuentes de materias primas, corredores estratégicos para el transporte o lugares de destino de las mercancías. 
 
La geografía del transporte. Comprende el estudio de las redes de transporte y su relación con los espacios. Estas redes han jugado un papel importante en la inclusión de regiones apartadas. Los avances técnicos en los medios de comunicación han permitido acercar los lugares, innovando así el concepto de espacio-tiempo. 
 
La geografía turística. Es el estudio de los lugares geográficos aptos para el desarrollo de la industria turística. Está comprende campos como el ecoturismo, la economía del ocio y la sociología del turismo.
 
Ciencias auxiliares e importancia de la geografía económica 
 
La geografía económica ha estado cercana a una serie de ciencias, las cuales han permitido su desarrollo como ciencia social. Entre las principales se encuentran: 
 
La economía. Selecciona y permite conocer los bienes materiales y los servicios destinados a satisfacer las necesidades de la población. 
 
La estadística. Tiene como objetivo el acceso y el análisis de las cifras generadas por los procesos económicos. 
 
Las ciencias naturales. Proporcionan el conocimiento básico de los recursos naturales y de sus usos posibles. 
 
La sociología, la antropología y la demografía. Suministran el conocimiento de los individuos y las comunidades frente a los usos, el consumo, la demanda y la dinámica de las actividades económicas. 
 
La historia. Suministra el conocimiento de la dinámica de las actividades económicas a través del tiempo. 
 
La importancia del estudio de la geografía económica se proyecta en tres grandes componentes que son: 
 
Entender los cambios y contrastes en distintos lugares y contextos históricos. Tanto los procesos económicos, ya sean la producción, circulación, distribución y consumo, como los sistemas económicos y políticos globales como el capitalismo y el socialismo, han configurado espacios con profundos cambios sociales y territoriales, que requieren ser interpretados y comprendidos. En diferentes zonas del mundo, existen grandes desequilibrios regionales. Mientras algunos espacios presentan una mayor concentración económica y política, en otros, por el contrario, prevalece el atraso y la marginación. 
 
Planificar el espacio. Conocer las características de un espacio geográfico determinado, los recursos de los cuales dispone y las formas de producción y organización de las actividades económicas, permiten realizar una mejor gestión y planeación sobre el territorio. Así se puede prever y orientar mejor la producción en el espacio. 
 
Ordenar el territorio. La actividad económica, jalonada por el capital, por sí sola provoca una reorganización del espacio, pues responde a lógicas particulares. Por esto, los conocimientos aportados por la geografía económica permiten recomendar un uso adecuado de los espacios e indicar las actividades económicas compatibles. De igual modo, permite minimizar los impactos ambientales que puedan generarse por la actividad económica.
 
La actividad económica 
 
 
La actividad económica trata de satisfacer las necesidades humanas mediante la obtención y la distribución de recursos de distinto tipo. En ella se pueden distinguir tres fases principales: la producción de bienes y servicios, su consumo y el intercambio que relaciona las fases anteriores. 
 
En las economías tradicionales o de auto subsistencia, la producción y el consumo tenían lugar en el interior de las familias: cada familia producía todo aquello que necesitaba, como los alimentos, el vestido y la construcción de viviendas, y se bastaban a sí mismas para cubrir sus necesidades básicas. 
 
Con el tiempo, las tareas se diversificaron y las personas dividieron el trabajo entre ellas: unas se dedicaron a la agricultura, otras a la artesanía, otras a la construcción. Esta especialización en profesiones hizo que algunas personas tuvieran más de lo que necesitaban de aquello que producían, pero que carecieran de otros productos. Así se hizo necesario el comercio, es decir, el intercambio de los sobrantes o excedentes respectivos. 
 
Las primeras formas de comercio se basaron en el trueque o intercambio de unos productos por otros. Al intensificarse las relaciones comerciales surgió la necesidad de crear un medio que sirviera como unidad para expresar el valor de las mercancías y facilitar los intercambios. Este medio fue el dinero. 
 
La organización de la actividad económica 
 
En cada época y en cada lugar la actividad economía se organiza de forma diferente. Llamamos sistema económico al conjunto de reglas que rigen la economía de una sociedad. Actualmente, predomina en el mundo un sistema económico de mercado, también conocido como liberal o capitalista. Nuestro sistema económico tiene tres características principales: 
 
La propiedad privada de las tierras y las empresas. 
 
La búsqueda del beneficio, motor de la actividad económica. 
 
La regulación del número de productos elaborados por las empresas y de su precio mediante la ley de la oferta y la demanda. La oferta es la cantidad de un producto que un vendedor desea vender a un cierto precio y la demanda, la cantidad que un individuo o grupo desea adquirir teniendo en cuenta su precio. Según esta ley, los precios suben cuando mucha gente quiere comprar un producto y viceversa. 
 
Pero, de hecho, casi siempre hay otros factores que inciden en los precios. En ocasiones, los Estados controlan los precios de algunos .productos. En las situaciones de monopolio una sola empresa controla la venta de un producto, lo que le permite fijar precios y cantidades. Y en situaciones de oligopolio unas pocas empresas se ponen de acuerdo para establecer precios orientativos.
 
Etapas del proceso económico
 
Producción: Explotación de los recursos y su transformación para el desarrollo de bienes.
 Circulación: Paso del bien del productor al consumidor.
 Distribución: Reparto de la riqueza entre los factores de la producción, entre ellos, los dueños de la tierra, intermediarios y empresarios.
 Consumo: El producto llega finalmente al consumidor
 
Los agentes económicos 
 
Son todas aquellas personas o entidades que intervienen en la economía, es decir, que producen mercancías, las distribuyen o las consumen. Generalmente se distinguen dos grandes tipos de agentes: los privados y los públicos, los cuales tienen funciones y objetivos diferentes. 
 
Los agentes privados  
 
Dentro de los agentes privados están las familias y las empresas. El papel económico de las familias es doble: por un lado, consumen bienes y servicios; y por otro, ofrecen a las empresas sus recursos (su trabajo y su capital) a cambio de una retribución. Las empresas son, ante todo, unidades de producción, porque la principal función que cumplen es la de producir y ofrecer bienes y servicios. En el sistema capitalista, el objetivo primordial de las empresas es la obtención de beneficios. Las empresas se diferencian atendiendo a diversos criterios: 
 
Según su número de trabajadores. Pueden ser pequeñas (de O a 50 trabajadores), medianas (de 51 a 500 empleados) o grandes (de más de 500). 
 
Según su actividad. Pueden ser: industriales, si se transforman materias primas; comerciales, si se distribuyen productos ya elaborados, y de servicios, si se ofrecen bienes no materiales: enseñanza, ocio, seguridad, limpieza, etcétera. 
 
Según la procedencia geográfica del capital. Pueden ser nacionales, extranjeras o multinacionales. 
 
Según su naturaleza jurídica. Cabe distinguir entre empresas individuales (que pertenecen a una sola persona) y sociedades (que tienen varios propietarios). Dentro de estas últimas, las sociedades anónimas son las corrientes. Se trata de compañías en las que el capital se divide en partes iguales llamadas acciones, que pueden cotizarse, comprarse y venderse en la bolsa de valores. 
 
Los agentes públicos: el Estado 
 
Las administraciones públicas, ya sean de ámbito internacional, estatal, regional o local, desempeñan un papel económico de primer orden. Hoy en día la más importante es el Estado, que elabora las normas que regulan la actividad económica, recauda impuestos, consume bienes y servicios, incentiva el sector privado mediante ayudas y subvenciones, presta servicios públicos como: educación, salud, acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, y crea empresas en sectores estratégicos y con dificultades. En cualquier caso, el papel económico del Estado varía según los sistemas económicos: es relativamente menor en las economías capitalistas, mientras que en las economías socialistas el Estado controla las tierras, las industrias, los comercios, los medios de comunicación, entre otros.
 
Los factores de producción 
 
La tierra: Provee los recursos básicos para el desarrollo de las labores agropecuarias y mineras. 
 El trabajo: Es la actividad humana, tanto física como intelectual, que interviene en el proceso productivo y está destinada a producir bienes y servicios. 
El capital: Comprende los recursos que se emplean para producir bienes y servicios. 
 La tecnología: Es el conjunto de procesamientos utilizados para producir bienes y servicios. 
 La capacidad empresarial: Organiza las actividades que permiten la producción.
 
Sectores de la economía 
 
Las actividades económicas se clasifican en cuatro grandes sectores: el primario, el secundario, el terciario y el cuaternario.
 
El sector primario 
 
El sector primario comprende las actividades que se basan en la extracción de bienes y recursos procedentes del medio natural, sin generar una transformación de la materia prima obtenida. Hacen parte de este sector la agricultura, la ganadería, la extracción minera, la explotación forestal y la pesca, las cuales se desarrollan en zonas rurales y marítimas alejadas de las grandes ciudades. 
 
La agricultura. Comprende el proceso de preparación del suelo y el cuidado de las plantas, actividades que proveen de alimentos al hombre y de plantas necesarias para procesos industriales. Durante siglos, la agricultura fue de subsistencia, con métodos artesanales y rudimentarios que empleaban grandes cantidades de mano de obra. A comienzos del siglo XX, los avances técnicos y científicos, tales como el uso de maquinaria, la utilización de semillas mejoradas y el uso de fertilizantes y plaguicidas, aumentó el rendimiento de la producción por hectárea en Estados Unidos y Europa. Este proceso se conoce como la primera revolución verde. Posteriormente, estos adelantos se extendieron hacia otros países y se incorporaron variedades mejoradas de semillas y productos químicos, proceso que fue conocido como la segunda revolución verde. En la actualidad se conocen dos tipos de agricultura: la tradicional y la empresarial. La tradicional se caracteriza porque se desarrolla en pequeñas extensiones de tierras o minifundios, por cultivar gran variedad de especies vegetales utilizadas para el consumo local, y por utilizar poca maquinaria, abono químicos y mano de obra. Por su parte, la agricultura empresarial se caracteriza por utilizar grandes extensiones de tierra, por especializarse en la producción de una sola especie vegetal o monocultivo, y por el uso sistematizado de maquinaría, sistemas de riego masivos y productos químicos como fertilizantes y plaguicidas. 
 
La ganadería. Comprende la cría de especies animales aptas para la obtención de carnes, productos lácteos, pieles, plumas, entre otros. Esta actividad está dividida en dos grandes grupos: las especies mayores, que incluye ganado bovino, ovino, caprino, caballar y vacuno, y las especies menores, que abarcan a las gallinas, los patos, los pavos y los conejos. En la actualidad, una de las principales actividades pecuarias es la ganadería vacuna, en la cual se destacan dos tipos de producción: la extensiva y la intensiva. La primera comprende la cría de un bajo número de animales por área en extensos latifundios, mientras que la segunda establece la cría de un alto número de animales en pequeñas parcelas. 
 
La extracción minera. Comprende la extracción de recursos del subsuelo y de la corteza terrestre por medios artesanales o mecanizados. Estos recursos tienen un carácter no renovable y son fuente importante para la industria, la construcción y la producción de energía. 
 
La explotación forestal. Comprende la obtención de madera de los bosques y selvas, la cual es utilizada como combustible, para construcción y para extraer otro tipo de productos como el caucho y las resinas. 
 
La pesca. Abarca la captura, el cultivo y el procesamiento de especies piscícolas, tanto en mares como en ríos, lagos y lagunas.
 
El sector secundario 
 
El sector secundario agrupa a las actividades económicas encargadas de la transformación de los bienes y recursos extraídos del medio natural, o materias primas, en productos elaborados, La actividad esencial del sector es la industria. La actividad suele ubicarse en sitios donde hay fácil acceso a los factores de producción. Algunas industrias suelen encontrarse cerca de las fuentes de los recursos; otras, los obtienen a través de altas inversiones con multinacionales especializadas en tal fin. Otras se ubican en la proximidad de los mercados cerca de las ciudades. De acuerdo con el tipo de actividad que realizan y en el cual se especializan, las industrias se clasifican en pesada, de equipos y ligera. 
 
Industria pesada. Es la encargada del procesamiento de materias primas para obtener productos que van a ser utilizados en otra industria. Esta comprende a las industrias metalúrgica y química. 
 
Industria de equipos. Genera bienes más elaborados que la industria pesada, ya sean productos o maquinaria de producción. Está compuesta por la industria de la construcción y metalúrgica. 
 
Industria ligera. Produce bienes de uso y consumo destinados al consumidor final. La componen la industria de alimentos, de textiles, electrodomésticos, marroquinería y calzado. 
 
El sector terciario 
 
El sector terciario comprende actividades cuyo fin no es producir mercancías, sino ofrecer servicios de todo tipo a la sociedad, tales como el comercio, el transporte, el turismo, los servicios públicos, la sanidad, las comunicaciones, la educación, las finanzas y la cultura. Aunque los servicios están presentes en todo el territorio, son más característicos de las ciudades. 
 
El sector cuaternario 
 
el sector cuaternario comprende diversas actividades de servicios caracterizadas por su alto grado de especialización" tales como la dirección, la toma de decisiones, la alta investigación o las nuevas tecnologías. Es exclusivo de las grandes ciudades y de las sociedades con un desarrollo económico y tecnológico destacado. Entre los campos más sobresalientes se encuentran: 
 
La tecnología. Se refiere a aquella que puede ser aplicada a distintos sectores, tales como la biotecnología, la dirección empresarial y las comunicaciones. 
 
Las telecomunicaciones. Compuesta por una red global virtual que permite el flujo y el intercambio de información inmediata. En la actualidad, la información ha cobrado un valor estratégico, pues se vincula el poder para el control de los territorios y las gentes.
 
La globalización 
 
Permanentemente escuchamos hablar, a través de distintos medios, que vivimos en un mundo globalizado. Ya en la década de 1960, el escritor Marshall McLuhan había utilizado la expresión aldea global para referirse a las características que el planeta comenzaba a adquirir a partir de los adelantos de las telecomunicaciones, que permitirían que la información llegara, en forma instantánea, a todos los lugares del mundo. Esto también significa que los acontecimientos cotidianos de cualquier lugar se ven influenciados por procesos, lejanos que, aparentemente no tienen relación con los de allí. La instalación o cierre de sedes empresariales, los movimientos financieros y las crisis económicas, son procesos que afectan a todo el mundo y no solo a los centros económicos donde se toman o desarrollan estos procesos. 
 
La actual facilidad y rapidez de las comunicaciones a distancia ha incrementado los flujos entre los distintos lugares del planeta. Los movimientos pueden ser de mercaderías o de personas, de capital, de información o de ideas, pero todos se caracterizan por su volumen creciente y por la mayor facilidad con que se realizan. La homogeneización de las costumbres, en especial de las tendencias de consumo, son una característica distintiva del mundo actual. De esta forma, el mundo funciona cada vez más como un verdadero sistema integrado, formado por múltiples componentes estados, ciudades, empresas, universidades entre otros. Por esto se habla del mundo como un sistema mundial. 
 
La globalización como proceso 
 
En términos generales, se puede decir que, a lo largo de la historia, los grupos humanos han pasado de vivir aislados a entrar en contacto con los demás, ampliando su radio de acción. Algunas veces ese acercamiento se hizo en forma pacífica, a partir del intercambio de mercancías e ideas; en otras ocasiones se basó en la conquista y explotación de unos pueblos por parte de otros. El desarrollo de la navegación del siglo XV suele considerarse como un gran impulsor de este proceso, en la medida en que permitió la expansión Europea por América y el océano Índico. 
 
Así, entre los siglos XVI y XVIII tuvo lugar la emigración de numerosos colonos, la difusión de su cultura y la creación de una economía extractiva cuyos recursos agrarios y minerales se destinaban a las metrópolis, sentando, como ya hemos visto, las bases de la desigualdades en la posesión de riquezas que se mantendrían en el tiempo. Por otra parte, hay que señalar que esta expansión abarcó una porción limitada de la superficie del planeta, y que extensas áreas quedaron excluidas de este proceso. 
 
Con la Revolución industrial que se inició en algunos países de Europa a fines del siglo XVIII, el área y las sociedades interrelacionadas se ampliaron considerablemente. Se establecieron territorios coloniales a través de los cuales las potencias occidentales se repartieron la mayor parte del planeta. Delimitando sus respectivas áreas de influencia, se formaron los mayores imperios coloniales, como el de Gran Bretaña. La acción de los gobiernos estuvo acompañada por la de grandes compañías mineras, ferroviarias y financieras. Las relaciones basadas en la desigualdad son una característica fundamental de este proceso. 
 
El siglo XX ha sido escenario de una profundización de este proceso de integración creciente, que-hoy abarca a todo el planeta, aunque lo haga de maneras muy diversas.  El fin de la era colonial dio lugar al surgimiento de nuevos estados, que interactúan entre sí en el contexto del sistema mundial. Las grandes empresas también operan a escala planetaria, al igual que los medios de comunicación, que trasmiten información a la vez que van difundiendo ideas y valores que parecen tornarse universales.
 
Los Estados en el sistema mundial 
 
En la actualidad, existen alrededor de 200 Estados, cuyos territorios abarcan prácticamente la totalidad el planeta. Estos Estados son muy diferentes entre sí, tanto por la superficie de sus territorios, como por la población que vive en ellos, su nivel de riqueza y bienestar, o el tipo de vínculos que establecen, entre otros. 
 
Las diferencias llevan a que los Estados tengan distintos grados de poder, es decir, de capacidad para alcanzar sus objetivos y de oponerse a quienes los obstaculicen. y es desde la posición que su poder les otorga que los Estados se relacionan con otros en el marco del sistema mundial. Las relaciones de poder que se establecen dentro de la política internacional en la que tienen lugar las relaciones entre los estados permiten diferenciar, por un lado, a los que detentan una posición dominante, es decir, los poderosos y, por otro, a los estados que mantienen una posición dependiente, dada su menor cuota de poder. 
 
Los más poderosos reciben la denominación general de países centrales, en función de la posición de dominio y primacía que detentan en el sistema mundial. Tienen una alta capacidad de influir sobre los restantes, y de defender sus intereses. Asimismo, son los países más ricos y desarrollados, los que normalmente establecen las reglas de juego en los intercambios económicos, por su gran capacidad para generar nuevas tecnologías, porque disponen de capital y porque poseen las empresas más grandes y eficientes. En estos países, además, las condiciones de vida de sus habitantes son mejores y el bienestar alcanza a la mayoría de ellos. 
 
Por su posición en el sistema mundial, los países menos poderosos reciben el nombre de países periférico s o países dependientes, pues siempre dependen en distinta medida de las decisiones que tomen los países centrales. Son también los países más pobres, es decir, los subdesarrollados. Sus importaciones generan pocos ingresos que no alcanzan para desarrollar sus economías, lo que los mantiene en dependencia con la importación de capitales, de tecnología, y también de bienes que no pueden producir. Las condiciones de vida de sus poblaciones son deficientes, y un porcentaje variable, pero siempre alto, de sus habitantes vive en la pobreza. 
 
La economía global 
 
El mundo actual también se caracteriza por la existencia de una economía global, en la que las actividades y los mercados trascienden las fronteras de los estados,  desplegándose por todo el planeta. Esto ha sido posible por la convergencia de una serie de factores: 
 
El conjunto de las nuevas tecnologías. En ellas, sobresalen el transporte y las telecomunicaciones, ya que permiten abaratar costos, disminuir los tiempos e intercambiar información rápidamente. Las nuevas tecnologías de producción también permiten producir bienes con características y calidades similares en distintos puntos del planeta, lo cual facilita su intercambio. Finalmente, los cambios en la tecnología de producción están acompañados por nuevas formas de gestión y nuevas normas estandarizadas que organizan la producción . 
 
Establecimiento de políticas económicas liberalizado ras promovidas por los gobiernos de los diferentes Estados. Entre estas se encuentran las que redujeron las barreras proteccionistas favoreciendo el movimiento de mercaderías y capitales. Otras medidas han facilitado las condiciones de intercambio económico entre los países. Entre estas se encuentran los acuerdos aduaneros y la creación de mercados regionales, como el Mercosur, la Unión Europea o el Nafta.
 
El deterioro ambiental
 
Durante los últimos siglos, los seres humanos han explotado de manera indebida e irresponsable los recursos naturales, lo cual ha llevado a un riesgo tanto para su medio ambiente como para su supervivencia. En la actualidad, la preocupación ocasionada por estos factores ha traído un interés por conservar el medio ambiente por parte de las personas y los gobiernos que, sin embargo, ha ido en contravía con las grandes industrias y las prácticas comunes de los seres humanos.
 
El medio ambiente
 
Desde el punto de vista del ámbito ecológico, es el entorno vital en el que se desenvuelven todos los seres humanos. En el medio ambiente se conjugan características de dos tipos: naturales, como las condiciones climáticas, el aire, el agua, las rocas, las plantas, los animales y las personas; y humanas, que comprenden los rasgos sociales, económicos, estéticos y paisajísticos de un territorio, así como las formas de vida de sus habitantes.
 
Los impactos ambientales del ser humano 
 
En el siglo XX el incremento demográfico en todo el planeta ha sido vertiginoso. Desde tiempo atrás, a medida que las sociedades se fueron desarrollando, fue más intensa la transformación de la naturaleza; mediante la aplicación de la técnica y el trabajo, incorporaron cada vez más elementos y procesos naturales como base de su desarrollo. 
 
En la actualidad, en la mayor parte de la superficie terrestre encontramos paisajes humanizados, es decir, con una naturaleza transformada por las distintas actividades humanas. El paisaje del lugar donde vivimos, por ejemplo, es un paisaje humanizado. Su aspecto actual nos resulta común, cotidiano; sin embargo, sus características actuales son el resultado de diversos procesos de transformación del mundo natural. 
 
Paralelamente, también se ha producido un crecimiento económico masivo y desequilibrado que no ha tenido en cuenta las alteraciones en el medio ambiente. 
 
Tradicionalmente, la economía solo ha estado interesada en aquellos bienes y servicios que se podían comprar y vender. Mientras tanto, se ignoraban otros que, como el aire, los bosques o el agua del mar, eran abundantes y gratuitos. Por este motivo, se han ido agotando algunos recursos naturales, mientras que otros se van deteriorando a gran velocidad, debido al continuo aumento de las agresiones que soportan. 
 
Durante años se han estado dejando de lado todos los impactos ambientales que se derivaban de las actividades humanas. La consecuencia de todo este proceso ha sido que se ha roto el equilibrio ambiental entre los seres humanos y la naturaleza y que se está poniendo en peligro la calidad de vida de la población. Sólo recientemente se ha empezado a prestar atención a los grandes costes económicos, sociales y ambientales que el deterioro del medio ha traído para toda la humanidad.
 
Las actividades económicas y el medio ambiente 
 
La Tierra ha mantenido durante millones de años el equilibrio de sus recursos naturales, Aquellos que se gastaban se reponían lentamente siguiendo el ciclo ecológico natural. Actualmente, el ser humano sobreexplota muchos recursos, consumiéndolos rápidamente y sin dar tiempo a que se renueven. 
 
Ciertas actividades económicas ponen en peligro el equilibrio ecológico. Por eso, hoy en día, se han empezado a plantear propuestas que puedan reorientar la economía y hacerla más compatible con el respeto al medio ambiente. Entre las principales cuestiones a las que se ha llegado, se destacan: 
 
Los recursos naturales son limitados. Ante ello, su extracción debe moderarse hasta alcanzar el equilibrio. La sobre explotación puede empobrecer la pesca de los mares, destruir los fondos oceánicos, agotar las reservas de agua potable, empobrecer los suelos agrícolas, destruir los bosques con las talas masivas y ocasionar la migración de animales de su hábitat natural hacia otros que no están preparados para recibirlos. 
 
Muchas actividades industriales, de la construcción y de la vida cotidiana generan continuamente residuos sólidos, muchos de los cuales se acumulan en vertedero s incontrolados, cuyo volumen aumenta con rapidez. Por eso, se busca la recolección selectiva de esos residuos que facilita su reciclaje, evita la acumulación y supone un gran ahorro a mediano plazo. Así ocurre con la chatarra, el vidrio, el papel y los plásticos. 
 
Algunas actividades agrícolas e industriales producen residuos tóxicos que contaminan al suelo, el aire y las aguas. Por ejemplo, la ganadería vacuna y el cultivo secano de arroz ocasionan grandes emisiones de gas metano, elemento nocivo para la atmósfera. Muchas veces, este tipo de actividades llegan a afectar directamente a los seres vivos, incluidas las personas. La utilización de las energías renovables, que son más limpias, y la sustitución de algunos productos sintéticos por otros, reducirían ese problema. 
 
Elementos radiactivos, tales como el plutonio y el uranio, han sido utilizados como fuentes de energía en grandes reactores nucleares. Sin embargo, esta práctica produce gran cantidad de residuos tóxicos que contaminan el medio ambiente y el subsuelo. 
 
El proceso de contaminación del aire no es reciente. Algunos estudios señalan que con la anterioridad a la Revolución industrial ya había, en algunos lugares de Europa, problemas de contaminación que afectaba las condiciones de vida en algunos asentamientos. Sin embargo, con el crecimiento de la industrialización y de la urbanización, el problema de la contaminación de la atmósfera fue incrementándose.
 
Presiones e impactos ambientales 
 
En las últimas décadas, la industrialización ha incrementado la presión ejercida sobre los eco sistemas, hasta superar los límites de tolerancia en algunas regiones. Los principales impactos sobre el medio natural están relacionados con las siguientes actividades: 
 
El gran crecimiento de la producción y de la explotación de muchos recursos. Hay que tener en cuenta el aumento de la demanda de alimentos y de productos elaborados que ha tenido lugar en el siglo XX. La población mundial se ha multiplicado por cuatro, pero el consumo de energía lo ha hecho por quince y la producción industrial por treinta. 
 
La fabricación y el uso de sustancias contaminantes difícilmente controlables. Esto trae como consecuencia la contaminación del suelo y del agua, provocada por la utilización de abonos químicos, pesticidas y herbicidas en la agricultura, y la contaminación atmosférica, combustibles fósiles (carbón, petróleo y derivados) en la industria, los coches y las calefacciones. 
 
La utilización de materiales peligrosos en algunas actividades productivas. Esto conlleva riesgos tecnológicos (incendios, explosiones, fugas radioactivas, mareas negras, vertidos tóxicos, etc.) que exigen especiales medidas preventivas. 
 
Los numerosos conflictos armados que estallan por todo el planeta. En ellos se utiliza armamento pesado con materiales contaminantes y radiactivos. Además, las guerras suponen la devastación de grandes territorios. Las actividades económicas provocan muchos efectos positivos como la creación de empleo y riqueza o la producción y abastecimiento de alimentos. Pero también tienen consecuencias negativas, como la sobreexplotación de recursos y la contaminación. Los impactos ambientales son máximos en el entorno donde se produce una actividad. Sin embargo, a veces desbordan las fronteras a través de ciertos ejes y se convierte en problema ambiental global. Por ello, es necesario plantear medidas de carácter internacional para tratar de corregir los impactos más graves, entre los que se destacan: 
 
El efecto invernadero, que supone el calentamiento progresivo del planeta. Se ha producido por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (COJ a la atmósfera, en su mayoría procedentes del consumo de combustibles fósiles. 
 
La expansión del agujero de la capa de ozono, que está asociada a la emisión de ciertos gases como los clorofluorocarbonos (CFC), en los aerosoles, extintores y sistemas de refrigeración. Afecta fundamentalmente a los casquetes polares. 
 
La lluvia ácida, que es muy notable en Estados Unidos, Europa y China. Esta es provocada por la acumulación, en las capas bajas de la atmósfera, de dióxido de nitrógeno y otros gases que producción algunas industrias y centrales térmicas. 
 
La deforestación, que se debe a los incendios, a las talas masivas de las industrias madereras y de papel, ya la expansión de los monocultivos. 
 
El avance de la desertización es provocado por la erosión y la destrucción de suelos fértiles, que ha afectado a unos 500 millones de hectáreas en los últimos cincuenta años. Es especialmente grave en áreas tropicales y subtropicales.
 
La conciencia medioambiental 
 
El nacimiento de la conciencia medio ambiental responde a la evidencia de que muchas actividades humanas ocasionan a la naturaleza problemas cada vez mayores y de difícil control. Por eso, han surgido en todos los países corrientes de opinión que exigen la adopción de medidas para conservar y proteger el medio ambiente. 
 
Esta conciencia ambiental de la sociedad se ha manifestado de diferentes formas: 
 
En los países desarrollados, han proliferado los movimientos ecologistas, que defienden la protección y la conservación de la naturaleza. En la mayoría de los casos estos movimientos han dado lugar a pequeñas asociaciones y funda-ciones para la defensa de lugares concretos o especies que están amenazadas, pero también existen las organizaciones no gubernamentales (ONG) de carácter internacional. Su actividad ha provocado que los grupos políticos de cualquier signo incluyan en sus programas propuestas para la defensa del medio ambiente. Incluso han dado origen a la formación de partidos verdes. 
 
En algunos países, se han creado diversos organismos, como los ministerios de medio ambiente, y se han aprobado leyes para proteger la naturaleza, aunque su cumplimiento es desigual. 
 
Las Naciones Unidas han promovido la celebración de algunas conferencias internacionales para favorecer acuerdos entre todos los países. 
 
Las conferencias Internacionales sobre el Medio Ambiente 
 
La primera de las conferencias internacionales fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente de Estocolmo en 1972. Desde 'entonces se ha ido celebrando otras reuniones. Las más destacadas han sido la cumbre de la Tierra de 1992 y la cumbre de Kioto 1997. 
 
La cumbre de la Tierra de 1992. Se llamó así a la ¡Conferencia sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, organizada en Río de Janeiro, Brasil, donde se reunieron representantes de 166 países. Allí se buscó lograr un acuerdo que hiciese compatible el crecimiento económico con el descenso de la emisión de contaminantes a la atmósfera y los océanos, la protección de los bosques tropicales y la defensa de la biodiversidad. Los resultados se plasmaron en un total de 2.500 recomendaciones destinadas a salvaguardar el medio ambiente, se recogieron en un documento: la Agenda 21. 
 
La cumbre de Kioto de 1997. Se dedicó a analizar el cambio climático y puso de evidencia los conflictos de intereses entre los distintos países. Tras grandes discusiones, se estableció un Protocolo para que se redujeran las emisiones de CO2 a la atmosfera antes del año 2012. Dicho Protocolo todavía no había sido ratificado en el año 2001 por muchos países desarrollados, entre ellos Estados Unidos, a pesar de ser responsable de emitir más del 25% de los gases contaminantes del planeta. 
 
Conferencia de Bali de 2007. Convocada en diciembre contó con la participación de representantes de más de 190 países. En ella, se debatió la necesidad de reducir la emisión de los gases causantes del calentamiento global. Sin embargo, se ha encontrado con la resistencia de los Estados desarrollados que, presionados por las grandes empresas, dificultan la adopción de normas restrictivas porque supondrían la limitación de la producción.
 
El deterioro ambiental del planeta 
 
En los últimos años, el deterioro ambiental se ha acentuado paulatinamente en varias regiones del planeta. Los paisajes y los ecosistemas, producto de la acción paciente de las fuerzas de la naturaleza por miles de años, han sucumbido ante la mano destructora del ser humano, quien en poco tiempo y con actuaciones indiscriminadas e irresponsables ha transformado su medio de forma nefasta. Motivado por un modelo de desarrollo económico destructivo e intolerante con su medio ambiente, el ser humano ha hecho un daño irreparable a su entorno natural.