Estos surgen, en parte, a raíz de la intolerancia de los equipos de salud y de la sociedad como un todo frente a las minorías sexuales. Se ha planteado que tales derechos son:
• Derecho a la vida, derecho fundamental que permite el disfrute de los demás derechos.
• Derecho a la integridad física, psíquica y social.
• Libertad a la finalidad del ejercicio de la sexualidad: recreativa, comunicativa, reproductiva.
• Respeto a las decisiones personales en torno a la preferencia sexual.
• Respeto a la opción de la reproducción.
• Elección del estado civil.
• Libertad de fundar una familia.
• Libertad de decidir sobre el número de hijos, el espaciamiento entre ellos y la elección de los métodos anticonceptivos o proconceptivos.
• Derecho al reconocimiento y aceptación de sí mismo, como hombre, como mujer y como ser sexuado.
• Derecho a la igualdad de sexo y de género.
• Derecho al fortalecimiento de la autoestima, la autovaloración, y la autonomía para lograr la toma de decisiones adecuadas respecto a la sexualidad.
• Expresión y libre ejercicio de la orientación sexual.
• Libertad de elegir compañero(a) sexual.
• Elegir si se tienen o no relaciones sexuales.
• Elegir las actividades sexuales según las preferencias.
• Derecho a recibir información clara, oportuna y científica acerca de la sexualidad.
• Derecho a espacios de comunicación familiar para tratar el tema de la sexualidad.
• Derecho a la intimidad personal, la vida privada y al buen nombre.
• Derecho a disponer de opciones con mínimo riesgo.
• Derecho a disponer de servicios de salud adecuados.
• Derecho a recibir un trato justo y respetuoso de las autoridades.
• Derecho a recibir protección ante la amenaza o la violación de los derechos fundamentales, sexuales y reproductivos.
La población colombiana es resultado de un incomparable proceso de mestizaje, que comprende historia, cultura y tradiciones de europeos, africanos y pueblos indígenas americanos. Actualmente, se pueden diferenciar cuatro grandes sectores étnicos: los pueblos indígenas, las poblaciones afrocolombianas, incluidas las comunidades raizales y el pueblo rom o gitano.
LOS PUEBLOS INDÍGENAS
La Constitución de 1991 consagra para las comunidades indígenas derechos étnicos, culturales, territoriales, de autonomía y participación. Entre ellos están: la igualdad y dignidad de todas las culturas como fundamento de la identidad nacional; el reconocimiento de las diferentes lenguas indígenas habladas en el país, la educación bilingüe e intercultural, y la doble nacionalidad para los pueblos indígenas que viven en zonas de frontera. Los territorios indígenas corresponden al 26,89% del territorio nacional.
LAS COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS
Las comunidades afrocolombianas, a través de la Ley 70 de 1993, obtuvieron un reconocimiento por parte del Estado, sobre la propiedad de las tierras que tradicionalmente han ocupado. Se reconocieron, oficialmente, los consejos comunitarios de la cuenca del Pacífico, con 132 Territorios Colectivos de Comunidades Negras titulados, los cuales ocupan un territorio de 4.717.269 hectáreas que corresponde al 4,49% de las tierras del país.
EL PUEBLO RAIZAL
El pueblo raizal se ubica en el archipiélago de San Andrés, Providen- cia y Santa Catalina. Las manifestaciones culturales de este pueblo son un híbrido entre lo africano, lo británico y toda la influencia de los colonos colombianos. Sus integrantes mantienen una fuerte identidad caribeña que los diferencia del resto de la población afrocolombiana.
EL PUEBLO ROM
Los gitanos de Colombia son una población principalmente urbana, su larga tradición nómada y elementos culturales como la idea de un origen común, valoración del grupo en cuanto la edad y el género, y diferenciación frente al no rom, lo diferencian de los demás grupos étnicos del país. El pueblo rom o gitano se encuentra distribuido en kumpanias, que son unidades variables, de corresidencia que se asientan en barrios. También, se dispersan por familias, entre los habitantes no gitanos de los sectores populares de las ciudades. (Tomado de Hipertexto Sociales 7, 2010)